martes, 30 de junio de 2009

Marisco y muuuuucho más




Todo esto empezó la semana pasada, cuando estando comiendo en la Caleya nos encontramos con Jo y su costilla que casualmente también iban a comer, y se sentaron con nosotras, hablando de todo salió en la conversación “mudanza”, jeje, somos expertas en mudanzas, nos ofrecimos a echar una mano, es lo que tiene tener el coche grande, en el que entran muchas cosas y se dan menos viajes, y con el aliciente de ir a Portugal a recoger las cajas a trasladar a Asturias…
¡genial! No conozco nada de Portugal... una disculpa como otra cualquiera para conocer algo.
Quedamos el viernes para encontrarnos por el camino, gracias a los respectivos trabajos salimos algo tarde por lo que solo pudimos ver parte de Portugal de noche, no importa, mañana veremos algo más, aunque lo que vimos de noche mereció la pena… antes de llegar a Espinho, lugar donde cenamos un arroz con marisco para chuparse los dedos… cosa que hicimos porque estaba buenísimo, y el pan con manteca salada, otro tanto de lo mismo, uuummmm, buenísimo, esta claro que nos encanta el turismo gastronómico, y nosotras pensando que nos íbamos a quedar sin cenar, porque hay que tener en cuenta que allí tienen una hora menos y que los horarios que tienen son europeos, lo que quería decir que a las horas que andábamos por la carretera queriéndonos acercar lo mas posible a nuestro destino el tiempo pasaba y no cenábamos, pero nuestras anfitrionas nos llevaron a comer el arroz… y que bueno el dichoso arroz.
Tengo que decir que no se lo pusimos muy fácil a nuestras anfitrionas, ya que a mi reina no le gusta caminar y a mi, poco.
El sábado amaneció el día estupendo de sol, después de desayunar en casa nos pusimos en camino, esta vez las cuatro en un coche, y salimos a la autopista camino de Aveiro, lo cruzamos y llegamos a un pueblo de lo mas curioso llamado Costa Nova, las casas están pintadas a rallas, la razón es que los pescadores aprovechaban la pintura que les quedaba de pintar los barcos y la verdad es que son la mar de curiosas. En ese mismo pueblo fuimos a un sitio muy peligroso para nosotras… por el turismo gastronómico, era un mercado de pescado algo parecido a una rula, con el pescado y el marisco fresquísimo tenia pinta de estar recién pescado, y lo mejor de todo es que tenían marisco cocido, y no os imagináis a que precios, yo en la vida había comido percebes a 10€ el kilo… si, leísteis bien, 10€.
Un kilo de percebes, medio de camarones (langostinos), cuatro andaricas, y otro medio kilo de mini camarones (cisquillas) que era como comer pipas…pero con sabor a gambas picantillas, ese fue el menú de la comida, y lo mas guai fue el restaurante que escogimos para comernos la súper mariscada acompañada de unas cervecitas, Pepsi y agua fresca, de cara a la ria de Aveiro, al aire libre… de lujo… sentadas en el muro del paseo de la ria, con todo el paseo para nosotras, y la mariscada buenísima. Terminamos de comer, con un color como los camarones que acabábamos de engullir, pero de eso nos daríamos cuenta mas tarde. En la terraza de una cafetería-heladería terminaríamos con: cafetito, helado y natas, pasteles que eran como una tartaleta de hojaldre y crema que estaban cojoespendos (cojonudos y estupendos). Un paseíto hasta la playa, no sin antes comprar unas sombrillas para la costilla y mi reina y a dormir la siesta al sol… que rico… eso es vida y lo demás cuento.
Ya cuando las nubes puñeteras hicieron acto de presencia levantamos el campamento, paseíto de regreso al coche y de camino una tripa… que no es que nos doliese la tripa… no, son una especie de frisuelos rellenos de lo que quieras… chocolate, mermelada, cabello de ángel, queso… ya era la hora de la merienda.
De regreso paramos en Aveiro, la verdad que el pueblo… bueno pueblo muy grande… mas bien villa o ciudad pequeña, era precioso, es como una pequeña Venecia, con góndolas y todo, aunque más parecían barcos vikingos… porque eran más grandes que las góndolas. Un paseíto por las calle empedradas de mosaico, trabajo de chinos oiga… y las edificaciones preciosas. Caminando, caminando, llegamos a un centro comercial precioso, era todo abierto, un centro comercial en la calle, y entramos en una tienda muy chula, estilo Casa, pero con cosas mas guapas, “a loja do gato preto” o lo que es lo mismo “la tienda del gato negro”… y como no, compramos, unos boles para el desayuno y una alfombra de goma con patitos para la bañera… algún recuerdo teníamos que traer de Portugal… además de las comilonas.
Y seguimos caminando hasta llegar a una plaza con restaurantes y bares, en realidad a la hora de la cena eran restaurantes y después se convertían en bares de copas.
Cenamos opíparamente, para no variar… si es lo que yo digo, el intercambio cultural gastronomito es lo mejor, de primero nos pedimos una sopa de marisco, pero no una sopa de marisco cualquiera, no… nos la pusieron dentro de una hogaza de pan… buenísima que estaba la sopa, que más que una sopa parecía una caldereta…
De segundo las anfitrionas se pidieron bacalao, (que se olvidaron de ellas, porque ya habíamos terminado mi reina y yo de cenar y no había llegado el bacalao), yo por añoranza de mi juventud en casa de los abuelos me pedí anguilas, que solo probé porque el sabor que yo recordaba no era el que tenían las que me pusieron, y mi reina, y por eso la dejo para el final, un pedazo de filete empanado, que según anunciaba el cartel de la entrada “era el más grande de todo Portugal”, como seria de grande que la camarera cuando nos tomo la comanda le recalco “pero es muyyyy grande”, a lo que mi reina contesto que no importaba, que tenia mucha hambre… (Puntualizo, que mi reina no tomo la tripa de la merienda).
Jajá jajá, nos dio a todas un ataque de risa cuando vimos semejante filete empanado delante de la chiquilla… pa muestra un botón…
He de decir, que no pudo con él, y eso que yo la ayude un poquito, pero semejante trozo de carne no había forma de dar con él. Cafetitos y para casa, que ya se había hecho tarde.
Al llegar a casa nos dimos cuenta de cómo estábamos las cuatro, eran las consecuencias de la mariscada al aire libre, estábamos como cangrejos recién cocidos, así que, pringue de aceite con aloe y a dormir.
El domingo amaneció lloviendo, a lo largo de la mañana aunque no se despejo, si que dejo de llover.
Después de meternos un desayuno opíparo, pan con manteca salada, natas y queisadas, ofrecido por nuestra anfitriona la costilla, había que ponerse en movimiento, y hacer lo que habíamos ido a hacer… la mudanza, y es que ellas se quedaban hasta el lunes, pero nosotras teníamos que trabajar, así que nos pusimos a la labor y cargamos el coche. Impresionadas que dejamos a la chiquillas de todo lo que entraba en el coche.
Pues eso, cargamos el coche, recogimos nuestras cosas, una duchita, y cuando nos íbamos a poner en marcha nos damos cuenta de que ya son las dos de la tarde… que si nos ponemos en camino, con los horarios que tienes de comidas no nos darían de comer en ningún sitio, por lo que decidimos comer antes de partir. Caminamos calle arriba para comer en un snack que le gustaba a la costilla. Nuestro gozo en un pozo, estaba cerrado, regresamos sobre nuestros pasos hasta llegar delante de la casa, en una parrilla donde… como no… comimos opíparamente… esta vez carnaza, pollo, costillas y chorizos criollos, con ensalada y patatas fritas… todo buenísimo.
Esa fue la consigna del fin de semana “BUENÍSIMO”, con unas anfitrionas geniales, que nos trataron como a reinas. Tan bien nos lo pasamos, que nos estamos planteando ir de vacaciones a Portugal y seguir descubriendo las maravillas y la gastronomía, sobre todo la gastronomía, porque estaba todo “buenísimo”.

jueves, 25 de junio de 2009

Moldeando la naturaleza

Este post lo hago a petición de otra bloguera a la que le gusta la talla de madera, las fotos son de piezas de mis alumnos, otro día cuelgo las mías, hoy no tengo ninguna de las mías en el ordenador. Espero que os guste.






lunes, 22 de junio de 2009

Y llego el lunes

Que pereza…, lo que me costó salir hoy de la cama, lo de el lunes es terrible, y este en concreto peor, porque el domingo fue genial, que nos quedó un cuerpo jotero y serrano como para seguir hoy la juerga… pero no puede ser, hay que trabajar… o hacer que se trabaja…
El domingo jotero fue en nuestra casa de parrillada, sidra a raudales y risas, sobre todo risas, pero no risas corrientes y molientes, no, risas de llorar y doler el estomago, que la sidra algunas veces hace estragos, y otras te hace reir. Pero con los fichajes que teníamos en casa no es de extrañar la juerga.
Lo que en un principio habíamos planeado de una parrillada con unas cuantas caleyeras, y alguna que otra amiga, al final la cosa se quedo en siete, cinco puntazos de mujeres, mi reina y yo. A algunas las conocéis por los blogs… a otras estamos apunto de introducirlas en el mundo Blogger, ya Irán saliendo las que estuvieron, y es posible que alguna con fotos del evento.
Es increíble, lo bien que pueden resultar las cosas cuando haces algo sin conocer a la gente, porque algunas de las que estuvieron no las conocíamos y entre las restantes tampoco se conocían, y creo que del encuentro de ayer surgirán buenas amistades, y estoy segura que de estas saldrán alguna que otra más, tengo la corazonada.

viernes, 12 de junio de 2009

Dos mas



Estas son los dos nuevos miembros de la familia, no tienen nombre, ya que solo estaran con nosotras un mes mas o menos. Midieron al nacer 20cm. y pesaron al rededor de 0,150kg

martes, 9 de junio de 2009

De pena

Fin de semana un tanto caótico.
Viernes: Llego de trabajar, preparo la comida para, en cuanto llegue mi reina comer e ir para Burgos, a ver a mi cuñado actuar en una obra de teatro. Antes de que llegue, piso mal y me retuerzo un pie, después del dolor del momento, que fue muy fuerte, me repongo y sigo preparando la cosas para el viaje, comemos y nos ponemos rumbo a Burgos, unos cuantos kilómetros más adelante tengo que parar y que ella siga conduciendo, el dolor del pie se hace notar. Llegamos al destino, cojeó al caminar, pero como voy empujando la silla de ruedas de la tía aprovecho para apoyarme y que el dolor sea un poco mas leve. Teatro, cena con todos los hermanos, cuñadas y sobrinos que asistimos al evento, juerga asegurada, y a dormir, bueno, a intentar dormir.
Sábado: Cuerpo serrano de dolor y falta de sueño, analgésicos para mi body y el dolor que no remite y el pie que esta mas inflamado, y casi no puedo apoyarle en el suelo para caminar, mi reina me pregunta si quiero que me lleve al hospital por urgencias, yo reniego, la ultima vez después de seis horas, salí con el pie escayolado, no gracias, el lunes llamo el fisio de Gijón y asunto resuelto, pero era sábado y el domingo tenia que estar sola en casa ( elecciones+mi reina=trabajo, desde muy temprano hasta muy tarde) todo el día, así que me convencieron para ir al centro de salud, diagnostico: esguince en el tobillo, vendaje a lo bestia y para casa, y si antes caminaba mal, ahora ya no podía caminar por mi misma, necesitaba un apoyo para no posar el pie en el suelo, el cual me lo daba mi reina. Llegamos al pueblo y unos vecinos me prestaron unas muletas, ya no tenia la sensación de inutilidad con la que llevaba todo el día, ya me podía mover sin ayuda de nadie y el domingo me podría levantar sola.
Domingo: Cama, muletas, muletas, cama, cama, muletas y panzada de aburrimiento.
Lunes: Primera hora de la mañana, hablo con el fisio y me da hora para la tarde, ¡bien solo hoy con muletas, por la tarde las suelto! Y como hace unos meses que no veo a mis progenitores les llamo y quedamos con ellos, aprovechando que esta una tía y unos amigos en su casa, y así comemos todos juntos, terrible error por mi parte, lo que tenia que haber sido una comida tranquila y familiar se convirtió en una batalla campal, reproches y mas reproches, enfado, el tono aumenta cada minuto, mi reina que se levanta de la mesa y se va de casa, yo, intentando decir lo dolida que estoy con el comportamiento que ellos tienen hacia mi y hacia mi mujer, y lo único que escucho es que para ellos lo que hemos hecho no es normal, que lo normal es una boda entre un hombre y una mujer, y que no lo pueden aceptar, y después de un año que hace que salí del armario, y de nueve meses de matrimonio, me doy cuenta que uno de los sueños que pensé que se habían hecho realidad, que era que mis progenitores aceptaran y reconocieran que somos iguales al resto de personas, resulta que no es así, y lo mas triste de todo es que no creo que lo reconozcan en la vida.
Salgo en busca de mi reina y mientras llego a su lado, entre sollozos, me acuerdo que una tarde como esta hace ocho años nos conocimos, estoy demasiado disgustada para hablar con ella lo que nos dijimos después de que ella saliera de la casa, necesito masticarlo, tragarlo y digerirlo. Lo que si decidimos es, que en cuanto terminemos en el fisio nos vamos a cenar para celebrar los ocho años. Mi reina dice que la historia con el fisio es algo milagroso, porque entro con las muletas y salgo andando y casi sin cojear, con un vendaje tipo Nadal, que ya veré el día que lo tenga que quitar, porque es una venda como si fuera esparadrapo, jejejeje, depilación a lo bestia.
Al final del día fuimos a cenar e intentamos olvidarnos por un rato del mal trago de la comida, y ese rato creo que lo conseguimos.